El desafío no era solo diseñar un logotipo, sino construir una identidad capaz de transmitir confianza, profesionalismo y estética, reflejando el equilibrio entre el mundo médico y la sensibilidad de la belleza facial.
Para lograrlo, fusionamos dos elementos en un mismo símbolo: la silueta de un rostro y la forma de un diente, rodeados por un círculo orgánico que evoca protección, frescura y armonía. La paleta cromática verde y azul refuerza el mensaje de vitalidad, bienestar y confianza.
El resultado fue un lenguaje visual coherente, versátil y moderno, capaz de adaptarse a distintos soportes desde comunicación digital hasta aplicaciones físicas, proyectando una identidad que no solo es estética, sino también sólida y creíble.